Estímulo: escriba una queja.
El día de hoy me quejaré de la pandemia. La odio demasiado. Vino a arruinar demasiadas cosas en mi vida. Es lo peor que me ha pasado.
A principio de año, yo estaba muy feliz por entrar a la universidad. Yo ya había hecho algunos cursos antes, y entonces estaba muy emocionada por las clases. También estaba muchísimo más emocionada por entrar a ver a mis amigos y amigas. De hecho, los primeros días fui a almorzar con una pelota de gente. Yo era muy feliz. Me encantaba bombetear y compartir con la gente que quiero. Finalmente podía estar en un lugar, libre con mis amigos y amigas.
Pero no.
Tenía que venir la pandemia. Tenía que dejarme encerrada en la casa. Ya no podía compartir con nadie. Y estaba tan feliz de poder conocer tanta gente nueva. De verdad, hubiera conocido a muchas personas con mis mismos intereses. Siento que la UCR es un lugar muy mío, entonces podría encontrar estudiantes de los que sería muy buena amiga. El problema es que las interacciones virtuales no son iguales a las de la vida real.
Una de las cosas que más me duelen es que no pueda salir a fiestas. Antes, me encantaba ir a la Calle de la Amargura o a La California a bailar con mis amigos y amigas. Me subía mucho el ánimo y me hacía sentir muy feliz. Las luces, la música, el ambiente, todo me hacía sentir increíble. De hecho, hice un nuevo amigo que siempre hacía fiestas de principio y final de semestre en su apartamento, ya que vive literalmente a la par de la Calle. Todo eso me lo perdí por la desgraciada pandemia. Sin embargo, no se podrá volver a hacer nada de este tipo hasta dentro de un año, o incluso más, cuando todos y todas estemos vacunados y vacunadas. Ahora lo único que tengo son llamadas de Zoom.
Odio, odio Zoom. Estoy harta de las clases virtuales. Quiero ya que sean presenciales, aunque me pase durmiendo, aunque pase esperando que terminen. Estar en un aula con el profesor o la profesora y con los compañeros y compañeras es mil veces mejor que estar frente a una pantalla por tres horas. Estoy harta. Ni siquiera tengo ganas de ir, y de hecho no voy si no es obligatorio. Prefiero ver las grabaciones de nuevo.
Las desgraciadas grabaciones.
Es horrible tener que estar usando la computadora todo el día. A mí me gusta el papel, pero tristemente tengo que usar la computadora siempre. Tengo que ver las grabaciones de las clases. Tengo que escanear cosas. Tengo que tomar notas en la computadora. Ya estoy demasiado harta, en serio. Llevo seis meses estando harta.
Estoy tan harta que me deprimí. Todos estos factores, y otros, confluyeron en una depresión constante desde que nos encerraron. A veces no tengo ni siquiera ganas de levantarme de la cama. Es muy angustiante para mí tener que prender la computadora, y cuando la apago me siento libre. Siento que ya nada tiene ningún propósito y que todo está perdido. Me siento atrapada en un lugar que odio, por más que ame mi casa y mi familia.
El encierro que estamos sufriendo, más que físico, es mental para mí. Me siento estancada y sin ninguna salida. Siento que siempre estaré sintiéndome de esta manera, aunque racionalmente sepa que no es así. Y todo esto es culpa de la desgraciada pandemia.
En conclusión, estoy viviendo los peores días de mi vida hasta ahora. obvio que pueden empeorar, porque siempre todo puede empeorar, pero espero que no. De verdad no sé si aguantaría que esto se pusiera peor. Es la cosa más trágica que me ha pasado en la vida. Por última vez, estoy harta.
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Holaaaa esta es mi queja. Sí, me estoy sintiendo bastante mal. Lo bueno es que la profe me dijo, y cito, "Todo su texto es excelente. Brillantemente escrito. Tiene usted mucho talento para escribir".
Estoy emocionada porque ya casi tengo que hacer el trabajo de mitad de semestre. El problema es que no sé de qué hacerlo. Espero que me llegue un flechazo de inspiración y lo escriba con el corazón. Jeje.
¡Espero que les haya gustado!
Con amor,
Nan.
La ventaja de que estás en este punto es que todo puede nada mejorar nada más. Y te va a llegar el flechazo, como te llega siempre <3
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